Francisco de Posadas: “las zonas francas son la puerta de Uruguay al mundo”

Francisco de Posadas: “las zonas francas son la puerta de Uruguay al mundo”

Tempo de leitura: 6 minutos

Las zonas francas en Uruguay representan un modelo innovador y estratégico para la promoción de inversiones internacionales. Estas áreas geográficas operan bajo un régimen especial que las convierte en un motor clave para el desarrollo económico del país, ofreciendo un entorno que combina beneficios fiscales, flexibilidad operativa y seguridad jurídica. A través de estas zonas, Uruguay ha logrado posicionarse como un destino preferido para empresas que buscan estabilidad, eficiencia y un acceso confiable a los mercados globales. Francisco de Posadas, empresario uruguayo de larga trayectoria, subraya la importancia de este modelo en el contexto internacional. “Las zonas francas son mucho más que un incentivo fiscal; son una herramienta que permite a Uruguay ser un actor relevante en el comercio global. Desde aquí, las empresas pueden innovar, crecer y conectarse con el mundo”, afirma.

Una estructura fiscal única y competitiva

El atractivo principal de las zonas francas uruguayas radica en su régimen tributario. Las empresas que se instalan en estas áreas disfrutan de una exoneración total de impuestos clave, como el Impuesto a la Renta (25%), el Impuesto al Patrimonio (1,5%), el IVA (22%) y el Impuesto a la Distribución de Dividendos (7%). Este esquema reduce considerablemente los costos operativos y permite a las compañías maximizar su competitividad en el escenario internacional.

Además, las empresas tienen la posibilidad de adquirir insumos y equipamiento, ya sean nuevos o usados, sin enfrentar recargos impositivos ni aduaneros. Según Francisco de Posadas, esta característica elimina barreras y fomenta el crecimiento empresarial. “La exoneración de impuestos y aranceles es un incentivo clave que simplifica la instalación y operación de las empresas, facilitando su éxito en mercados internacionales”, explica.

Las zonas francas no solo ofrecen beneficios fiscales, sino también un marco operativo flexible que amplía las oportunidades de negocio. Las empresas instaladas en estas áreas pueden prestar servicios hacia el exterior, a otras compañías dentro de las zonas francas e incluso a organizaciones ubicadas en el territorio nacional que estén gravadas por el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE).

Este modelo diversificado permite que las empresas adapten sus operaciones a las demandas del mercado global y local. Francisco de Posadas destaca que esta flexibilidad operativa es una de las fortalezas más significativas del régimen uruguayo. “En Uruguay, las zonas francas no son islas aisladas, sino espacios integrados que fomentan el dinamismo económico y fortalecen la conexión entre mercados”, afirma.

Seguridad jurídica y confianza para los inversores

Una de las características más destacadas de las zonas francas uruguayas es la estabilidad jurídica que ofrecen. La Ley 19.566 garantiza que, en caso de que los beneficios tributarios sean modificados, el Estado resarcirá a las empresas por los daños y perjuicios ocasionados. Asimismo, si un explotador pierde su calidad como administrador de una zona franca, el gobierno se compromete a garantizar la provisión de infraestructura y servicios necesarios para que las empresas puedan continuar operando durante toda la vigencia de sus contratos.

Este nivel de protección refuerza la confianza de los inversores y consolida a Uruguay como un destino seguro para desarrollar proyectos a largo plazo. “La previsibilidad y el respaldo del Estado son esenciales para atraer inversiones internacionales. Uruguay entiende esto y lo aplica de manera ejemplar en sus zonas francas”, sostiene de Posadas.

Las zonas francas también ofrecen condiciones laborales que facilitan la integración de talento internacional y local. Las empresas pueden contratar hasta un 25% de personal extranjero, quienes tienen la opción de renunciar al sistema de seguridad social uruguayo. Esta flexibilidad permite que las empresas conformen equipos multidisciplinarios altamente calificados, combinando perspectivas globales y conocimientos locales.

Además, Uruguay cuenta con una mano de obra calificada que se destaca en sectores como la tecnología, la logística y la manufactura avanzada. Este recurso humano es un complemento perfecto para los beneficios fiscales y operativos que ofrecen las zonas francas. Según Francisco de Posadas, la calidad del talento local es una ventaja competitiva que fortalece el modelo uruguayo. “El recurso humano de Uruguay es excepcional. Su preparación y capacidad para adaptarse a las demandas del mercado global son un valor agregado para cualquier empresa”, afirma.

Un entorno político y económico sólido

El marco político y social de Uruguay es otro factor que respalda el éxito de las zonas francas. El país es reconocido como el de mayor índice de democracia y menor percepción de corrupción en América Latina. Además, su estabilidad macroeconómica y la continuidad de políticas de Estado aseguran un entorno predecible para las inversiones.

“La estabilidad política y económica de Uruguay es un pilar fundamental para las zonas francas. Ofrecen no solo beneficios inmediatos, sino también un entorno confiable para el desarrollo a largo plazo”, comenta de Posadas.

La infraestructura portuaria, aeroportuaria y de carreteras de Uruguay refuerza su posición como un punto estratégico para el comercio internacional. Estas instalaciones permiten una conectividad eficiente con mercados globales, facilitando el transporte de bienes y el acceso a redes de comercio regional e internacional.

Además, Uruguay es líder en sostenibilidad energética, con una matriz basada en energías renovables. Este enfoque reduce los costos energéticos para las empresas y las alinea con las tendencias globales de sostenibilidad. “Uruguay no solo ofrece ventajas logísticas, sino también un compromiso con el medio ambiente que atrae a empresas conscientes de su impacto social y ecológico”, subraya Francisco de Posadas.

Un modelo con proyección internacional

Las zonas francas de Uruguay representan mucho más que un espacio físico con beneficios tributarios; son una plataforma estratégica para la expansión global. Su diseño, basado en incentivos fiscales, flexibilidad operativa y estabilidad jurídica, permite a las empresas operar en un entorno que fomenta la innovación y el crecimiento.

“Uruguay ha creado un modelo que combina transparencia, competitividad y sostenibilidad. Las zonas francas son la punta de lanza de esta estrategia, conectando al país con los mercados internacionales de manera eficiente y confiable”, concluye Francisco de Posadas.

Con estas ventajas, las zonas francas seguirán siendo un pilar fundamental en la estrategia económica de Uruguay, consolidando su posición como un destino de referencia para empresas que buscan operar en un entorno seguro, moderno y alineado con las tendencias globales de sostenibilidad y transparencia.

Fonte: Reporte Asia | Fotos: Reprodução/Reporta Asia

Os comentários foram encerrados, mas trackbacks e pingbacks estão abertos.