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A partir de junio de 2016, el Congreso aprobó el decreto de ley para la formación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), una iniciativa presentada por el actual presidente Enrique Peña Nieto y que al parecer, continuará con el próximo gobierno.
Según el gobierno federal, se denomina Zona Económica Especial a “un área delimitada geográficamente, ubicada en un sitio del país con ventajas naturales y logísticas para convertirse en una región altamente productiva”. Y su objetivo es “democratizar la productividad a nivel regional, para que sus habitantes tengan las mismas posibilidades de desarrollo y bienestar que los del resto del país”.
En términos prácticos, el gobierno federal y las autoridades locales crean condiciones fiscales especiales para atraer inversiones de empresas, se genera la creación de empleos, cadenas de valor con los negocios locales y desarrollo regional a partir de proyectos productivos.
Con este programa, se espera la llegada de al menos 7 mil millones de dólares en el Puerto Lázaro Cárdenas, que incluye municipios vecinos de Michoacán y Guerrero; en el Corredor del Istmo de Tehuantepec, que incluirá los polos de Coatzacoalcos, Veracruz, y Salina Cruz, Oaxaca; y la de Puerto Chiapas, en Chiapas; además de áreas de Tabasco y Campeche.
Para Gerardo Gutiérrez Candiani, titular de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (AFDZEE), este modelo es fundamental para el desarrollo del país y aseguró que el nuevo gobierno electo continuará con este trabajo.
“Es un proyecto muy social, que está anclado en abatir los niveles de pobreza, en generar los niveles de inversión y empleo, invertirle en capital humano, en generar oportunidades y que esto se traduzca en una mejor vida para todos”, aseguró el funcionario federal.
En ese sentido, afirmó que con la nueva administración que encabece Andrés Manuel López Obrador, tienen “grandes visiones que se comparten y yo creo que por eso las Zonas Económicas son un proyecto que no solamente va a subsistir, sino que se puede incluso potencializar”.
Por ello, esperan que para diciembre próximo existan al menos una “empresa ancla” en cada zona, para que se comiencen a crear las cadenas de valor con las pequeñas y medianas empresas locales, que serán las proveedoras de las grandes compañías y así cerrar el círculo productivo y de desarrollo en cada región determinada.
Y con la llegada de un nuevo gobierno, se pretende crear una zona económica en la frontera norte, ya que Carlos Urzúa Macías, quien ha sido nombrado como el virtual titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para el próximo sexenio, señaló que analizan modelos para beneficiar a esa franja territorial.
En ese proyecto se incluyen a ciudades como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez y Reynosa, pero se contempla una extensión de al menos 30 kilómetros de extensión en la franja fronteriza que tendría un IVA diferenciado para incentivar el consumo local y las inversiones.
“Vamos a tener un impuesto de IVA en esa zona franca de probablemente 8 por ciento”, señaló Urzúa en declaraciones que retoma El Economista.
Si se materializa esta medida, se “beneficiaría la competitividad de nuestra región en términos de evitar la fuga masiva de consumidores a la unión americana y mejoraría la posición competitiva de nuestras empresas en el terreno del sector externo, me refiero a la exportación de bienes y servicios”, reveló Rubén Roa Dueñas director general del Centro Metropolitano de Información Económica y Empresarial (Cemdi).
De esta manera, con la creación de las Zonas Económicas Especiales, nuestro país puede aprovechar mucho de su posición geográfica que es considerada como estratégica para llegar a prácticamente todo el mundo, además de generar con esto beneficios reales a la sociedad.
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