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Luego de finalizar el primer congreso de zonas francas y las nuevas regulaciones publicadas, Gustavo Lorenzo, director Ejecutivo de Impuestos Indirectos (aduanas y comercio exterior) en Ernst & Young, aseguró que estas áreas de tributación especial “tienen el reto de ofrecer más y mejores oportunidades de negocios, tanto en materia de la manufactura y producción de bienes en general, como en la diversificación de servicios que puedan prestarse en o desde tales espacios”.
Según él, los futuros proyectos de salud “ubicados en ciudades intermedias sin duda traerán una serie de sinergias y beneficios a la comunidad que viva en tales regiones”. La información del Dane en comercio exterior desde las zonas francas nacionales ha tenido números negativos en los últimos meses.
¿Cuál es su balance sobre esto?
El Gobierno se encuentra trabajando, a través de los programas de impulso a la productividad y empleo PIPE I y PIPE II, entre otros factores, en la diversificación de la oferta exportadora, es decir, en la promoción y estímulo de las exportaciones que no correspondan a aquellas relacionadas con el sector minero energético. En este sentido, las exportaciones de las zonas francas han contribuido en este objetivo de manera eficiente. En efecto, revisando la dinámica de las ventas externas desde zonas francas al resto del mundo en los últimos cuatro años, se ve que en el 2014 se efectuaron transacciones por valor de 2.085 millones de dólares FOB, registrando un crecimiento al 2015 de 4,78% con 2.108 millones de dólares.
Para el 2016 se registró un importante incremento, de 41,57% para exportaciones de 3.093 millones de dólares y con un decrecimiento para el 2017 de 37,3% con exportaciones de 2.252 millones de dólares. Revisando las últimas estadísticas del Dane (marzo de 2018) se presenta una variación del 0,4% positiva frente al 2017.
Esta cifra muestra que se ha reducido el impulso en la dinámica general de las operaciones de las zonas francas, lo cual puede obedecer a múltiples factores como la contracción de la economía en general, el periodo de elecciones presidenciales e incluso a la demora en la aprobación de diferentes trámites que se están desarrollando y adelantando ante las autoridades competentes. Esto es, solicitudes de nuevas zonas francas, ampliaciones de las mismas y prórrogas de los términos iniciales de declaratoria, etc.
En este orden de ideas, pareciera que el camino indicado y, casi obligado, es el de continuar con el proceso de estímulo a este mecanismo y a las diversas empresas que estén interesadas en entrar a dicho régimen, mediante la facilitación de las operaciones y procesos aduaneros que se adelantan en las zonas francas.
Las cifras históricas muestran con claridad las bondades que tal mecanismo ha generado para el país, tanto en atracción de inversión, generación de empleo directo, indirecto y vinculado, desarrollo de importantes procesos de encadenamiento productivo y, en general, en mayor dinámica de los negocios.
¿Qué desafíos tienen las zonas francas en Colombia para los próximos años?
Las zonas francas tienen el reto de ofrecer más y mejores oportunidades de negocios, tanto en materia de la manufactura y producción de bienes en general, como en la diversificación de servicios que puedan prestarse en o desde tales espacios.
Deben también, en mi concepto, propugnar por alcanzar diversos mercados de destino, es decir no solo el local sino también los externos, por la vía de la aplicación y armonización de este mecanismo con los diferentes instrumentos de promoción al comercio exterior que existen en otras jurisdicciones.
Esto es, lograr las mayores eficiencias mediante la utilización de tratados de libre comercio como la Alianza del Pacífico, junto con la aplicación de los instrumentos que cada país tenga establecidos, todo ello sumado a la ejecución y desarrollo de agresivos programas de comercialización conjunta de bienes y servicios en los mercados europeos y asiáticos, entre otros.
¿Cómo lee las recientes regulaciones para estas zonas especiales? ¿Qué regulaciones o mecanismos faltan para mejorarlas?
Estimo que la regulación contenida en las más recientes normas sobre el régimen franco, esto es, el Decreto 2147 del 23 de diciembre del 2016 y el Decreto 659 del 17 de abril del 2018, contienen una serie de disposiciones que poco a poco han coadyuvado en el esfuerzo de hacer cada vez mejor y más operativo el mecanismo.
Dentro de los aspectos positivos, citaría las siguientes: se efectúa una valiosa precisión respecto de las empresas de apoyo, señalando que aparte de las empresas de apoyo “regulares”, es decir aquellas que prestan servicios a los usuarios para el normal funcionamiento y/o mantenimiento de la zona franca (servicios de guarderías, entidades financieras, empresas de vigilancia, etc.) podrán existir otro tipo de usuarios, que para los efectos podemos denominar “terceros proveedores”, quienes a diferencia de los anteriores, sí pueden prestar servicios a los usuarios industriales que estén directamente relacionados con el desarrollo del objeto social del respectivo usuario, en tanto no lo sustituyan o reemplacen totalmente y que al igual que los anteriores, no tienen compromisos de inversión ni de empleo, ni gozan de los beneficios propios de los usuarios industriales.
Respecto de los regímenes de comercio exterior, se incluye la posibilidad de que los usuarios industriales de bienes puedan almacenar las piezas, partes y repuestos correspondientes a los bienes manufacturados y/o producidos en zona franca que sirvan para prestar un servicio de posventa a sus clientes y que en tal sentido puedan realizar la nacionalización de las mismas para ser entregadas en el resto del territorio aduanero nacional.
Es decir que se permite en estos casos la comercialización de tales partes y piezas sustitutas para la prestación de los servicios de posventa. Se fija un límite para los ingresos por esta actividad, el cual corresponderán máximo al 25% de los ingresos totales correspondientes a la actividad generadora de renta del respectivo usuario.
¿Qué grandes proyectos de zonas francas se vienen a futuro?
Actualmente se están adelantando diversos proyectos para ser declarados como Zonas Francas Permanentes (por ejemplo, los off-shore), así como otros relacionados con clústeres de servicios. Pueden desarrollarse como tales sin el requisito del área mínima de 20 hectáreas, siempre y cuando estén ubicados en ciudades con poblaciones menores a un millón de habitantes.
En cuanto a las permanentes especiales, se encuentran en trámite diversas iniciativas en servicios de salud, algunas de ellas ubicadas en ciudades intermedias que traerán sinergias y beneficios a la comunidad.
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