Tempo de leitura: 3 minutos
Nadie discute que las prioridades de cualquier país son las de la inversión y el empleo. Y es que si la inversión, tanto la pública, como la privada tienen dinamismo, se generan fuentes de trabajo, el crecimiento económico se acelera, y por ende el desarrollo comienza a irradiarse, siempre y cuando los frutos del esfuerzo, como todo proceso social, estén distribuidos equitativamente. Por ello los teóricos que se encargan de estudiar estas dinámicas subrayan que la variable inversión tiene efectos multiplicadores en la economía, es decir que la magnitud de un incremento de inversión se traslada a la renta nacional en una magnitud mayor a dicho incremento. Tal descubrimiento teórico sirvió como herramienta para salir de terribles recesiones y es por ello que la coordinación entre los ministerios de Economía y de Trabajo y Previsión Social es fundamental para lograr los cometidos de un programa de desarrollo.
Resulta ser que en este tema de la inversión privada y de diversas políticas que tienen que ver con las zonas francas, o las llamadas zonas de desarrollo especial, está teniendo experiencias exitosas, en diversos países latinoamericanos, siendo los ejemplos más cercanos los de México y los de Nicaragua, país hermano que se está convirtiendo en un competidor en la atracción de inversiones de afuera, derivado de una serie de factores que debieran ser parte de la preocupación fundamental de los ministerios de Economía centroamericanos, y particularmente de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana – SIECA –, así como de entidades componentes del sector privado centroamericano como FECAICA, – Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales de Centroamérica.
Parte de estos temas fueron parte de una sana e interesante discusión en el denominado Salón del Pueblo del Congreso de la República, a donde concurrieron centros de pensamiento, representantes de cámaras privadas y funcionarios públicos de las entidades vinculadas con la problemática de la inversión y las zonas francas. El objetivo de tal reunión fue la discusión técnica del impacto y consecuencias de una Iniciativa de Ley, conocida como Iniciativa de Ley de Zonas Francas 5174.
La discusión giró alrededor del tipo de incentivos que son parte de la legislación moderna de las zonas francas, los compromisos que el país ha adquirido con la Organización Mundial de Comercio, el tipo de actividades sectoriales que debieran estar incluidas en una Zona Franca y las que no. Además, qué tipo de empresas son las que actualmente están en las Zonas Francas, cuáles son las que han manifestado su interés de localizarse en las mismas, los antecedentes de la legislación de zonas francas, el impacto de la Ley Emergente para la creación del Empleo, Decreto del Congreso 19-2016 que en fecha un tanto reciente se aprobó, y que ahora diversos grupos empresariales enfatizan en que no fue suficiente y que necesitan de una nueva ley para flexibilizar el ingreso de más sectores dentro del régimen de zonas francas.
En la discusión se pudo observar que diferentes entidades componentes del Gabinete Económico mantienen una visión un tanto estrecha de una problemática que según los grandes expertos en el tema debe formar parte de una política activa de competitividad sistémica, que se define como la formación de diversos capitales de la competitividad, y que depende del entorno que incide positiva o negativamente. Además de una articulación con las pequeñas y medianas empresas, así como entre industrias, conformando clústeres industriales y un empleo permanente bien remunerado, y respetuoso del medioambiente.
¿Cuánto se sacrificará fiscalmente con las Zonas Francas, qué sectores atender, cuántos empleos se generan? El tema de los datos es fundamental para tomar decisiones y la conformación de una Mesa Técnica fue una decisión salomónica para resolver interrogantes, de acuerdo con Carlos Chavarría, diputado ponente y miembro de la Comisión de Economía.
Os comentários foram encerrados, mas trackbacks e pingbacks estão abertos.